Puesto que esta es información sacada de diferentes páginas no existe un orden lógico.
El
arte barroco se desarrolla entre los siglos
XVII y XVIII.
Según Woelfflin
las diferencias
son:
Renacimiento |
__________ |
Barroco |
Visión
plástica y contornos |
____frente
a____ |
visión
pictórica y apariencia. |
Composición
en planos |
____frente
a____ |
composición
con profundidad. |
Formas
cerradas |
____frente
a____ |
formas
abiertas. |
Unidad
compositiva |
____frente
a____ |
subordinación
al motivo. |
Claridad
absoluta de cada objeto |
____frente
a____ |
claridad
relativa. |
El arte será el vehículo
de propaganda
tanto de la Iglesia
de la Contrarreforma,
como de los Estados
absolutistas o
de la burguesía
protestante.
En el barroco la figura
humana se alza
como objeto decisivo del arte, pero no
en su forma idealizada,
sino en cualquier
aspecto, ya
sea este bello o feo, sublime o cotidiano.
En el barroco podemos distinguir
tres períodos: temprano o primitivo,
de 1580 a 1630, pleno,
de 1630 a 1680, y tardío
o rococó, de
1680 a 1750.
Arquitectura
En el barroco la arquitectura va frecuentemente unida
al urbanismo.
La ciudad
se vuelve escenográfica.
El palacio
es el típico edificio de vivienda urbana para las familias poderosas. El hotel
es un tipo de vivienda unifamiliar exenta y rodeada de jardines, burguesa. El templo
es el lugar del sermón y la eucaristía. Se trata de un sitio de representación
teatral.
El barroco en el virreinato
del Perú está
marcado por el terremoto de Lima de 1746. La ciudad quedó totalmente destruida
y de su reconstrucción surgieron los edificios más representativos del
barroco. Francisco
Antonio Guerrero y Torres
trabajó, también, en este virreinato: catedrales de Lima, Cuzco y Quito.
También trabaja en Lima el portugués Constantino
de Vasconcellos
:
convento de San Francisco. Este es el monumento arquetípico
de la arquitectura limeña.
José
de la Sida: convento
de San Agustín. En Arequipa
aparecerá una escuela
de fuertes reminiscencias indígenas. Destacan la iglesia de los jesuitas
de Diego
Felipe, el convento
de Santo Domingo y el convento de San Agustín. En Colombia
destaca Simón
Schenherr
,
un jesuita de origen alemán: iglesia de los jesuitas de Cartagena de
Indias y Popopayán. En Bolivia
destaca la catedral de Potosí. Y en Argentina
hay que reseñar a Juan
Kraus, jesuita
de origen alemán: iglesia de San Ignacio en Buenos Aires, y Andrés
Blanqui: catedral
de Córdoba. Lamentablemente, muchas de las obras americanas, sobre todo si
son casas señoriales,
son de autor anónimo;
como el palacio de los marqueses de Torre-Tagle.
Ubicada
a un costado de la Plaza de Armas del Cusco, la actual construcción se
erigió sobre lo que fue el templo más importante en la época de los
Incas dedicado al Dios Wiracocha; Su costrucción se inicio el año de
1566 y culminó el año de 1669, la plataforma de la construcción tiene
la forma de una Cruz latina y está conformada por cinco naves de estilo
Basilical. Aquí encontraremos una gran riqueza pictórica con cuadros de
artistas como Marcos Zapata, Rafael de urbina, Melchor Huamán, asímismo
encontraremos gran variedad de estilos como son el Barroco, Rococó,
Churrigeresco, etc. |
|
SAN
BLAS
Ubicada
en la plazoleta de San Blas. Fue una de la primeras parroquias erigidas en el
Cusco por orden del Virrey Francisco Toledo cuya costrucción inicial fue
destruida por el terremoto de 1650. La actual iglesia es la reconstruida,
teniendo una plataforma de construcción en forma de Cruz Latina y una fachada
simple de características arcaisantes platerescas.
Dentro
de la iglesia se pueden encontrar cuadros de Juan Espinoza Medrano y
el maravilloso
Púlpito de San Blas que fue tallado por Juan Tomás Tuyru Túpac Inga siendo el
autor ideológico de esta obra de estilo Barroco el Maestro Juan Luis Montes.
San
Blas es hoy un barrio céntrico de la ciudad conocido como el "Barrio
de los Artistas", con callejuelas estrechas y retorcidas,
muchas de ellas empinadas; en el Inkario fue uno de los más importantes de la
ciudad y su nombre era "T'oqo-kachi" ("t'oqo": hueco,
"kachi": sal); barrio como los demás habitado por la nobleza Quechua.
Al parecer la iglesia fue erigida sobre un santuario Inkásico dedicado al culto
del dios "Illapa" que está compuesto por el Rayo, Trueno y Relámpago.
Posiblemente la iglesia haya sido estrenada en 1544 por el segundo Obispo de la
Ciudad el dominico Juan Solano, aunque según otras versiones debió ser después
de 1559 como consecuencia de la provisión de virrey Andrés Hurtado de Mendoza
por la cual los "indios" debían construir iglesias para su
adoctrinamiento en los barrios donde vivían. Su estructura era simple, con
planta rectangular y paredes de adobe, mas luego de los terremotos en 1650 y
1950 la estructura ha sido parcialmente reforzada con paredes de piedra. Cuenta
con una sola nave y dos puertas delante de las cuales hay sendas plazas, y un
campanario de piedra edificado luego del sismo de 1950 en lugar del original de
adobes.
En
el interior de la iglesia se halla una de las más grandes joyas del arte
colonial en el continente: el Púlpito
de San Blas;
que es filigrana hecha en cedro por manos expertas en el manejo de la gubia. No
se conoce con certeza quien o quienes lo ejecutaron, cuanto tiempo tomó el
trabajo, ni muchos otros detalles del mismo; sin embargo, el púlpito está allí
como mudo testigo de una gran devoción y trabajo dedicado. Existen pruebas
suficientes para afirmar que fue mandado a hacer con el peculio del Obispo
mecenas Manuel Mollinedo y Angulo por lo tanto fue hacia finales del siglo del
siglo XVII; hay serias discrepancias en cuanto a la identidad del artista
ejecutante.
Muchos
aducen que fue obra del más famoso tallista y ensamblador Quechua Juan Tomás
Tuyro Tupaq, coetáneo y protegido de Mollinedo y Angulo, quien le encargó
la ejecución de numerosas obras; pudo también ser obra de otros artistas
contemporáneos de Mollinedo como Martín de Torres, Diego Martínez
de Oviedo que hizo el monumental Altar Mayor de la Compañía de Jesús, o
el franciscano Luis Montes que hizo el coro de San Francisco; la tradición
oral tiene su versión recogida por Ángel Carreño que en los manuscritos de
sus "Tradiciones Cusqueñas" tenía consignado el nombre de Esteban
Orcasitas como el autor del púlpito; pero, para la 1a. edición de su libro
el nombre fue cambiado por el de Juan Tomás Tuirutupa, quien como es conocido
fue Quechua y cusqueño pero que de acuerdo a esa versión tradicional fue un
tallador leproso de Huamanga (Ayacucho), que en cierta ocasión tuvo en sus sueños
la revelación de la "Santísima Virgen del Buen Suceso" quien
le dijo que si quería curarse de su lepra debía buscarla en la plazuela de
Arrayanpata en la ciudad del Qosqo; luego de un largo periplo y muchas
desgracias, un día la encontró pintada en un muro al haberse desplomado el
techo de la capilla de "Lirpuy-phaqcha" cayendo de rodillas y bañado
en lágrimas la invocó, convirtiéndose el rosario de la virgen en pétalos de
rosas con las que se restregó el cuerpo quedando completamente curado; la facción
de la pared conteniendo la imagen fue cortada y trasladada al templo de San
Blas, acordándose construir un altar y un púlpito para la virgen; el tallador
Quechua en gratitud al milagro recibido se comprometió y juró hacer el púlpito
sin cobrar un centavo por el trabajo presupuestado en 1400 pesos; obra que le
llevó 4 años de ardua labor con madera que fue cortada en la plaza de Kusipata
(hoy Regocijo) de un enorme árbol de cedro. Mas, al terminar la obra el
tallista faltó a su juramento al pedirle al cura 70 pesos para agasajar a una
mestiza cusqueña, y luego de asegurar la imagen superior de San Pablo en el
tornavoz del púlpito, dio un paso en falso y cayó falleciendo poco después;
sus restos fueron enterrados debajo del púlpito pero tiempo después sacados y
su cráneo colocado debajo de la imagen de San Pablo, donde hoy se puede
apreciar.
Al
igual que cualquier púlpito normal, el de San Blas, tiene una base (pedestal),
un antepecho (tórax o taza), un respaldo, un dosel (tornavoz), y un corredor
(entrada). La Base es esférica y está sostenida por una estructura de
bronce, contiene ocho bustos humanos que representan a los herejes del
catolicismo y son: Martín Lutero, creador del luteranismo y jefe de la
reforma religiosa en Alemania; Juan Calvino, fundador del calvinismo en
Francia y Suiza; Ulrico Zwinglio, amigo y seguidor de Calvino; Enrique
VIII, Rey de Inglaterra negó la autoridad del Papa y creó el Anglicanismo;
Isabel de Inglaterra, fue hija y seguidora de Enrique VIII; Arrio,
originario de Alejandría y fundador del arrianismo; Focio, junto a Arrio
dio lugar al gran cisma de los griegos ortodoxos o cisma de Oriente; Catalina
de Bora, esposa de Lutero. Encima, en la Taza se hallan columnas
barrocas entre las que se encuentran la imágenes talladas de los cuatro
evangelistas, San Mateo, San Juan, San Marcos y San Lucas; y en la porción
central la imagen de la "Inmaculada Concepción María Santísima del Buen
Suceso". En el Respaldo está grabada en alto relieve la efigie de
San Blas, Patrón de la Parroquia, con vestido pontifical; encima de esa imagen
está el escudo del obispo Mollinedo y Angulo. En el Tornavoz (amplifica
la voz de quien da el sermón) que es bastante exornado se hallan esculturas de
los doctores de la iglesia, San Buenaventura, Santo Tomás de Aquino, San Agustín
de Hipona, San Gregorio Magno, San Jerónimo, San Bernardo y San Francisco de
Sales. Finalmente coronando el púlpito, sostenido por cinco arcángeles aparece
la escultura de San Pablo de Tarso (Carreño cree que es Santo Tomás y otros
que es Cristo) con un crucifijo en la mano; a los pies de San Pablo se encuentra
el cráneo que según se aduce pertenece al autor del púlpito.
El
Altar Mayor de la iglesia, es igualmente imponente; tallado en cedro y
dorado con hojas de oro, tiene un estilo mixto donde dominan las columnas salomónicas
(retorcidas) propias del barroco; fue dorada y posiblemente también ejecutada
por Juan Tomás Tuyro Tupaq y su equipo de tallistas, en su porción central se
halla la Virgen de la Inmaculada Concepción y encima la imagen de San Blas.
Sobre el muro oriental existe otro retablo obra de Tuyro Tupaq y su hijo Mateo
hacia 1678, corresponde al de la "Virgen del Buen Suceso". Hay otros
retablos que corresponden a San Blas, San José y un Cristo moreno conocido como
el "Señor de la Agonía" que posee brazos y cabeza articulados (se
pueden mover), su color oscuro es porque está recubierto con pergamino de
llama. Sobre las paredes laterales se observan 8 lienzos anónimos con
impresionantes marcos dorados, representan el martirio de San Blas, Obispo de
Tucumán. Dentro del baptisterio existe un lienzo de un Cristo con evidente
cuerpo femenino; hacia la derecha de la entrada una cruz torcida de una sola
pieza de madera de Chachacomo (un árbol nativo de los andes). La iglesia
ostenta además, un coro alto con balaustradas de cedro dorado.
SANTO
DOMINGO O QORICANCHA
Ubicada en
la plazoleta Santo Domingo.
Llamado en la
época de los Incas Inti Kancha, era el templo principal de los quechuas en el
Valle del Cusco, este templo en un principio estuvo dedicado a las deidades
ligadas a los ritos agrarios.
La
actual iglesia tiene tres naves y una plataforma de construcción en forma de
Cruz Griega, la fachada es de características platerescas y la torre de la
iglesia es de características Barrocas con tendencia al Churrigeresco.
Los
lienzos que se encuentran en el primer claustro coresponden a la vida y milagros
de Santo Domingo de Guzmán y fueron pintados por el maestro José Espinoza,
también encotraremos cuadros de Diego Quispe Ttito, Lázaro Pardo del Lago y
obras del maestro Pedro Santangel y Marcos Zapata.
SAN
FRANCISCO
Ubicada
en la Plaza San Francisco.
El año 1538
la orden de los Franciscanos hacen la fundación de su templo en el sector
denominado Kasana, que eran áreas correspondientes a los solares de las
Familias Pizarro y Sillerico, años después amplían sus ambientes comprando
los terrenos que correspondían al hospital de Menesterosos de San Lázaro.
El
año de 1650 la arquitectura de esta iglesia sufre gran deterioro y son
construidos nuevamente por arquitectos mestizos, la actual iglesia tiene una
plataforma de construcción en Cruz Latina, su fachada es de características
platerescas y la torre es de características románicas.
Dentro
de la pinacoteca de esta Iglesia encontramos cuadros que pertenecen al pintor
Juan Espinoza de los Monteros, Diego Quispe Ttito, Basilio Pacheco, Marcos
Villena, Marco Serrano, Basilio Santa Cruz y otros.
Las pinturas
pertenecen a la escuela Cusqueña, con estilos tenebristas y maneristas, los
marcos pertenecen a trabajos de Oquendo y Pancorbo y son de características
barrocas.
LA
MERCED
Ubicada
en la Plazoleta Espinar. La iglesia (convento) de la Merced se funda el año
1536 por Fray Pedro Trujillo y Castañeda, esta iglesia sufrió gravísimos daños
con el terremoto de 1650 pero fue reconstruida en el lapso posterior que duró
de 15 a 20 años y actualmente está conformada por lo siguiente:
*
El convento antiguamente tenía cuatro claustros, actualmente quedan dos
claustros comventuales y uno de ellos se ha convertido en el actual colegio de
la Merced.
*
La Iglesia está compuesta por tres naves, una elevada y otra rebajada, tiene
plataforma de construcción en Cruz Griega.
*
La torre o campanario es de características barrocas.
*
Dentro de los claustros encontramos una gran variedad de cuadros y fragmentos de
pinturas murales de la primitiva iglesia de la Merced, los cuales representan la
vida de Don Pedro de Nolasco fundador de la orden Mercedaria que fueron pintados
por el maestro Ignacio Chacón.
*
Dentro de las criptas del templo se encuentran enterrados importantes personajes
como son: Diego de Almagro, Gonzalo Pizarro y hay una teoría que dice existir
algunos restos de la familia Túpac Amaru.
*
En esta Iglesia se encuentra la famosa joya "Custodia de la Merced",
hecha en oro de 24 kilates y con aplicaciones de más de 1200 piedras preciosas..
LA
IGLESIA DE LA COMPAÑIA DE JESUS
Ubicada
sobre lo que fue el palacio de Wayna Cápac o Amaru Kancha. En el reparto de
solares a la llegada de los españoles este lugar pasó a manos de Hernando
Pizarro y posteriormente a Mancio Sierra de Leguisamo, a la llegada de los
jesuitas al Cusco, eligieron como sitio para construir su colegio e iglesia en
este lugar. La primera construcción fue hecha por el general de la iglesia
Francisco de Borja el año de 1566, pero el terremoto de 1650 trajo por tierra
toda la iglesia; la segunda construcción fue concluída el año de 1671 por el
arquitecto Juan Bautista Gilles.
Toda esta
iglesia construida casi íntegramente en piedra labrada, guarda una gran riqueza
artística tanto pictórica como en talladura.
En
1576 se comenzó su construcción en el lugar denominado Amaru Cancha (Barrio)
de Huayna Cápac, de acuerdo a los planos del arquitecto Don Francisco Becerra.
Creada
por los padres jesuitas que llegaron a Cuzco en 1571. En 1576 se inició
la construcción en el barrio Amaru Kancha de Wayna Capac, siguiendo los
planos del arquitecto Don Francisco Becerra. El terremoto de 1650 dañó
su construcción, que se continuó en 1661 bajo la dirección del arquitecto
jesuita Juan Bautista Egidiano. La construcción completa fue realizada
en 15 años, y fue abierta el 19 de agosto de 1668.
El
plano de la fachada y de las torres fue realizado por el jesuita Fructuoso
Viera, y el ejecutor de la obra fue el arquitecto Diego Martínez de
Oviedo. La construcción es en forma de cruz latina, con una sola nave, dos
torres con ventanas ojo de buey que se enmarcan y se ajustan a la fachada; el
pasaje central termina en una cúpula de gran trabajo arquitectónico de
singular estilo barroco; se destaca en el interior el gran trabajo de tallado de
los ornamentos de madera de estilo barroco.
Los
retablos son de madera de cedro y dorados con pan de oro. Encontramos también
pinturas que representan el matrimonio de la princesa peruana inca Isabel con
Diego Oñas de Loyola y otra que representa la unión de los Loyola y
de los Borja. Entre otros pintores, se encuentran Marcos Zapata, Basilio
Santa Cruz, Basilio Pacheco, Cipriano Gutierrez, Rivera y
otros anónimos.
Entre
las esculturas más notables, están las de San Jerónimo y San
Francisco que se encuentran en la sacristía, cuyo artista fue Melchor
Huamán Mayta.
IGLESIA
DE BELEN
Ubicada
en uno de los barrios incaicos llamado Ch'akillchaKa, hacia el occidente de la
ciudad del Cusco, en el año de 1550 los españoles vieron por conveniente
fundar en este lugar un monasterio o recogimiento de mestizas. Dicha iglesia al
igual que muchas sufrió total deterioro en el terremoto de 1650.
El arquitecto
que reconstruyó fue Juan Tomás Tuyru Túpac y concluyó el año de 1715.
La
patrona de esta iglesia, La Virgen de Belén, que fue donada por España
juntamante con el Señor de los Temblores que se encuentra en la Catedral, es
una de las más ricas en joyas puesto que tiene las andas más pesadas por
contener abundante cantidad de plata, andas que en cuanto a arte son las más
bellas y acabadas de la metalurgia colonial.
PARROQUIA
E IGLESIA DE SAN SEBASTIAN
En
sus inicios se denominó Iglesia de San Lázaro pero ésta sufrió deterioros
con el terremoto de 1650. Está ubicada en lo que hoy es la Plaza principal del
distrito de San Sebatián que se encuentra a 5 km. de la ciudad del Cusco, esta
iglesia se construyó rodeada de diferentes grupos arqueológicos que
antiguamente debieron constituir un asentamiento humano muy importante.
El
templo es de tres naves, la plataforma es de Cruz Latina, el altar mayor es una
obra de arte de estilo barroco, la escultura de San Sebastián fue hecha por
Melchor Huamán Mayta en 1673, aquí encontramos obras del Pintor Diego Quispe
Tito.
MONASTERIO
DE SANTA TERESA
Construido
a un costado de lo que hoy se denomina Parque de la Madre y a una cuadra al
nor-este de la Plaza de Armas del Cusco, esta iglesia pertenece a la congregación
de las Carmelitas Descalzas. El terreno fue donado por Don Antonio de Zea,
caballero de la orden de Santiago el año de 1661. La iglesia fue concluída el
ano 1676 y los cuadros que se encuentran en la iglesia representan la vida de
Santa Teresa.
IGLESIA
Y CONVENTO DE SANTA CLARA
Ubicada
en lo que hoy es la calle Santa Clara a solo 5 cuadras al occidente de la plaza
de Armas. Su primera fundación fue el 15 de abril de 1551. Esta era una casa de
recogimiento para las hijas de los conquistadores. El altar mayor fue construido
por Pedro de Oquendo y se caracteriza por su profusa espejería. La iglesia es
de planta rectangular de una sola nave.
LA
IGLESIA CONVENTO DE LA RECOLETA
Construida
en el barrio Inca de Munaysenca (nariz bonita), al oriente de la ciudad del
Cusco, sector que hoy se denomina Socorro. Fue fundada el año de 1599 por el
Padre Franciscano Francisco de Velasco. Los cuadros que se aprecian en su
interior fueron pintados el año de 1669 por Juan Basilio Santa Cruz que trata
sobre la vida y milagros de San Francisco de Asis. La iglesia es de una sola
nave y una de las expresiones escultóricas más bellas es la del "Cristo
pobre" que fue obra del artista Natalicio Delgado.
IGLESIA
DE SAN CRISTOBAL
Ubicada
en el barrio Inca de Qolqanpata, edificada sobre lo que fue el palacio de Manco
Cápac. Su construcción se inició el año 1673 y fue una parroquia destinada a
indios o naturales. La torre de la iglesia es de piedra pero la iglesia misma es
de adobe.
PARROQUIA
DE SANTA ANA
Ubicada
en el barrio inca de Carmenqa, hacia el lado nor-oriental de la Plaza de Armas
del Cusco. Esta iglesia conserva singular tipicidad y se mandó a
construir el año de 1559, siendo una iglesia para naturales. Aquí existía una
importante colección de pinturas referidas al Corpus Cristi y que hoy se
encuentran el el museo de Arte Religioso, actualmente las imágenes más
importantes corresponden a la del Señor del Cabildo, La Virgen Santa Ana, El Señor
del Santo Sepulcro.
IGLESIA
DE SAN JERONIMO
Fundada
en la zona de Waqoto al sur de la ciudad del Cusco en la época del Virrey
toledo hacia el año 1572, fue una modesta iglesia que sirvió para atender el
culto de varias comunidades campesinas.
IGLESIA
DE SAN PEDRO
En sus inicios fue un hospital para que se atendiera a los indios o Naturales. Se costruyó el año 1556 y fue obra del arquitecto Juan Tomás Tuyru Túpac y se ubica a seis cuadras al occidente de la Plaza de Armas del Cusco. Esta iglesia como todas tiene importantes obras pictóricas, el púlpito fue tallado por Juan Tomas Tuyru Túpac en 1706 y una de las imágenes más veneradas es la de la Virgen Purificada o de la Candelaria y la otra es la del Apóstol San Pedro.
IGLESIA
Y CONVENTO DE LA MERCED
La
orden religiosa de los mercedarios fue fundada en 1223 por San Pedro Nolasco,
natural de Francia, con la intención principal de redimir a los cautivos. En el
Qosqo la iglesia y convento fueron fundados hacia 1535 por Fray Sebastián de
Castañeda, sobre un terreno que daba hacia la Plaza de Kusipata donado por el
Marqués don Francisco Pizarro con las atribuciones que le otorgaba el derecho
de los vencedores. En un principio se intentó erigir una iglesia y convento
majestuosos que fueron derruidos por el terremoto de 1650; la actual estructura
corresponde a los años posteriores.
La
iglesia tiene dos puertas de ingreso, siendo la principal la que da hacia la
plazoleta Espinar, posee además un solo campanario con un barroco muy cusqueño;
hoy tiene el título de Basílica Menor concedida por el Papa Pío XII en 1946.
También aquí los arquitectos fueron españoles pero fue totalmente trabajada
por alarifes Quechuas; tiene en el interior una nave principal amplia y dos
laterales relativamente estrechas. Su altar mayor es neoclásico con seis sólidas
columnas corintias doradas y la imagen en bulto de la Virgen de las Mercedes en
la porción central, además, posee doce otros altares con imágenes y lienzos
diversos resaltando el Señor de Huanca y la Cruz del Padre Urraca cubierta con
planchas de plata repujada. Resalta por su parte la imagen del Señor de Tambo
de Montero que de acuerdo a la tradición era azotada todos los viernes en la
noche por los judíos del Qosqo que se reunían en casa de un mercader portugués;
tiene además un coro alto. En la cripta ubicada debajo del altar mayor de la
iglesia se encuentran enterrados los restos de Gonzalo Pizarro, hermano del
Marqués y los de Francisco de Carbajal cuyas cabezas fueron fritas en aceite y
enviadas a Lima; el cuerpo de Diego de Almagro (el Viejo) socio de Pizarro, y el
de Almagro el Joven (hijo del viejo Diego).
El
primer claustro del convento es el más bello y sorprendente en el complejo;
tiene forma cuadrangular, dos pisos, y una arquería con gruesos y sólidos
pilares rectangulares en cuya porción frontal exhiben bellas columnas corintias
labradas; es en síntesis una obra compleja y maravillosa hecha en andesita que
causa la admiración de cada visitante. El segundo claustro es relativamente
simple y anterior a 1650. En el primer claustro se hallan lienzos representando
la vida de San Pedro Nolasco pintadas por Ignacio Chacón hacia 1763; Basilio
Santa Cruz Pumacallo pintó el lienzo representando a "San Laureano"
decapitado, por su parte Basilio Pacheco ejecutó el enorme lienzo representando
los benefactores de la Orden que está ubicado en las graderías que conducen al
segundo piso. También aquí se encuentra el recinto que sirve de museo para las
joyas del convento, donde resalta sin duda alguna la célebre Custodia
de la Merced
de 1.2 mts. (3'4") de altura y que en total tiene un peso de 22.2 kg. (49
lb.). El sol de la custodia fue ejecutado en oro con estilo barroco por Luis
Ayala de Olmos en el siglo XVII, más abajo está la imagen de Nuestra Señora
de las Mercedes y aún más abajo una hermosa sirena arrodillada cuyo cuerpo está
formado por una perla que asemeja el busto y vientre de una mujer. Más abajo
está el pedestal que fue manufacturado por Manuel Piedra en los primeros años
del siglo XIX con un estilo neoclásico francés, en cuya porción central
ostenta un cordero pascual y todavía más abajo dos pelícanos representativos
del cristianismo. De acuerdo a Alfonsina Barrionuevo la custodia "...Tiene
mil quinientos dieciocho diamantes y brillantes finos, seiscientas quince
perlas, una amatista, un topacio, tres esmeraldas, varias decenas de rubíes y
otras piedras preciosas.". Además, en el recinto existen lienzos
diversos en su mayor parte anónimos resaltando la "Coronación de la
Virgen" pintada por Bernardo Bitti; "La Sagrada Familia"
atribuida a Rubens y otra "Coronación de la Virgen" y una pequeña
"Sagrada Familia" atribuidas a Diego Quispe T'ito. También aquí se
exhiben manuscritos en pergamino, un pequeño Cristo labrado en marfil, joyas en
metales preciosos entre coronas, incensarios, candelabros, etc., jarras de
porcelana china y 8 casullas bordadas con hebras de oro y plata entre las que
está aquella que perteneció a fray Vicente Valverde. En este claustro está la
Sala Capitular donde se exhiben muchos otros lienzos; resalta en un lado de su
entrada el lienzo de Ignacio Chacón representando a la Virgen María
amamantando al mismo tiempo a un niño Jesús y a San Pedro Nolasco. También en
el primer claustro se halla la célebre celda de fray Francisco Salamanca,
natural de Oruro, en la actual Bolivia, cuyo retrato se encuentra a la entrada y
que cobró celebridad hacia las primeras décadas del siglo XVIII como un gran
orador, poeta, músico, pintor y compositor de villancicos en Quechua y
aymara.Los últimos 30 años de su vida los pasó en la citada celda que es húmeda
y obscura y que aún conserva el organillo fabricado por él mismo y los frescos
obra de su pincel, narra la tradición que salía sólo los viernes a la media
noche cargando la cruz que hoy se halla frente a su celda; falleció en 1737.
El
célebre Templo del Sol del Qosqo fue y es en la práctica una síntesis de la
organización, arquitectura y religión inkásica, que al momento de su
construcción ya habían alcanzado la cúspide de su nivel; muy probablemente
haya representado el centro del "Ombligo del Mundo" y por ende el
centro del mundo, en la cosmovisión prehispánica andina.
De
acuerdo a nuestra historia fue el primer Inka, Manko Qhapaq quien edificó el
primigenio templo; pero fue el noveno, Pachakuteq quien a partir de 1438
reconstruyó, agrandó, mejoró y modernizó el más importante complejo
religioso del extenso Inkario. Existen ciertas discrepancias en cuanto al nombre
original del complejo, y aunque éstas no son excluyentes causan una relativa
confusión; con frecuencia en las crónicas y tratados de historia se encuentra
el nombre de Intiwasi (inti: sol, wasi: casa) que significa "Casa
del Sol"; también se usa el nombre de Intikancha que significaría
"Palacio del Sol", esto considerando que casi todos los palacios inkásicos
poseían el sustantivo "Kancha"; mientras que su denominación más
popular es Qorikancha que significaría "Palacio de Oro" o
"Palacio Dorado". María Rostworowski aduce que el Templo antiguo era
conocido como "Intikancha" y después de Pachakuteq como
"Qorikancha".
Todos
los cronistas coinciden en manifestar que fue extraordinaria la calidad del
edificio hecho con andesita basáltica de coloración grisácea proveniente de
las canteras de Waqoto y Rumiqolqa; con el tipo de aparejo
"Sedimentario" o "Inka Imperial" que es la máxima expresión
de la arquitectura en la América pre-colombina. Los muros son de piedras entre
medianas y grandes cuya superficie exterior es rectangular, y estructura
horizontal rectilínea que en los más importantes templos no exhibe perfiles
con pronunciada convexidad; con uniones o juntas pulidas entre piedras, tan
perfectas que no permiten la introducción ni de "una hoja de
afeitar". Tienen una estructura transversal "amarrada", es decir
con llaves o grapas de bronce con forma de "H" en las uniones
interiores que aseguraban las piezas líticas evitando desplazamientos
horizontales dañinos en caso de movimientos sísmicos; con una estructura
vertical decreciente, es decir con piedras de mayor volumen en la parte inferior
que disminuyen de tamaño progresivamente hacia arriba. Los muros tienen en la
base mayor ancho que en el extremo superior; con su clásica inclinación hacia
el interior (no existe una medida o regla general para tal inclinación) en
armonía con la forma trapezoidal de sus puertas, ventanas y nichos; que además
hace que las paredes se soporten entre sí mismas formando una estructura
resistente, sólida, antisísmica, que fue capaz de resistir los dos grandes
terremotos posteriores a la invasión española (1650 y 1950) que trajeron por
tierra toda construcción colonial de "cal y canto". Hoy en algunos
muros inkásicos del complejo se advierten algunas pocas grietas en ciertas
paredes que no son producto del mal cálculo o técnica del arquitecto Inka,
sino simplemente consecuencia de los cambios llevados a cabo en la colonia, los
terremotos y sobre todo el intemperismo y erosión posterior a ellos. Según
algunos estudios las paredes finamente labradas tenían una continuación de
adobes en la parte superior formando hastiales con fuerte inclinación para
facilitar el deslizamiento de las aguas pluviales en techumbres fabricadas a
base de madera y recubiertas de "ichu" o paja brava, con aleros que
sobresalían una "braza" de la pared (1.60 m. aprox.), techos cuyo
aspecto modesto era remediado en los días festivos cuando eran cubiertos con
vistosas mantas multicolores confeccionadas con plumería especial. Gasparini
cree que la muy mencionada por los cronistas "cenefa de oro" que servía
de corona circundando todo el contorno superior externo del templo servía además
para disimular la diferencia entre el fino muro de piedra y el superior de
adobe. El piso de los exteriores del Templo debió estar completa y finamente
empedrado mientras que el piso interior de los recintos seguramente fue
fabricado en arcilla quemada, a manera de un bloque cerámico sólido a
semejanza de los pisos tratados encontrados en Machupicchu.
La
puerta principal del templo daba hacia el noroeste, casi en la misma posición
de la actual entrada al convento de Santo Domingo y daba hacia el Intipanpa ("Plaza del Sol") que hoy ocupa la
pequeña plazuela de enfrente. De acuerdo a los cronistas éste era un complejo
religioso constituido por templos dedicados a divinidades diversas, tenía una
disposición muy similar a una clásica "kancha" (con recintos
alrededor de un patio central); complejo en el que según Cieza de León, todas
las portadas y puertas estaban enchapadas con planchas de oro. Resaltaba en el
complejo el Templo del Sol propiamente dicho que ocupaba el terreno hoy
ocupado por la iglesia católica de Santo Domingo; su extremo oriental ha sido
totalmente demolido mientras que el occidental aún subsiste en parte formando
lo que se denomina el "tambor" es decir la pared semicircular que da
hacia la actual calle Arrayán; el Templo del Sol tenía sus cuatro paredes y aún
el enmaderamiento del techo totalmente cubiertos con planchas y tablones de oro,
de acuerdo a la descripción de Garcilaso debió ser de planta rectangular, con
techumbre de madera y paja muy alta para facilitar la ventilación. Cabe
destacar que quien más detallada información sobre el tópico brinda es el ínclito
cronista cusqueño Garcilaso Inca de la Vega, que escribió como él mismo lo
indica "...lo que mamé en la leche y vi y oí a mis mayores(sic)...".
En su pared oriental debió estar el "Testero" (frente, fachada) o
altar principal que como es ampliamente conocido contenía la representación
del Dios Sol en una plancha de oro con la forma de un "rostro redondo y
rayos y llamas de fuego" tan grande que abarcaba todo el frente del templo
de pared a pared; representación solar que en la repartija de tesoros entre los
conquistadores tocó en sorteo a Mancio Sierra de Leguísamo, un jugador
empedernido que la perdió en una noche jugando dados, acontecimiento por el
cual nació el refrán "juega el sol antes que amanezca".
Sarmiento de Gamboa aduce que Pachakuteq ordenó que el Sol ocupase el sitio
principal con la representación del Dios Wiraqocha a su diestra y de Chuquiylla
(debe ser "Chuki Illapa"), el relámpago a su izquierda. En ambos
lados de la imagen del Sol se encontraban los "Mallki", momias o
cuerpos embalsamados de los Inkas muertos, por orden de antigüedad, en posición
fetal y sobre literas de oro macizo.
En
la cosmogonía andina se consideraba que la Luna o Mamakilla era la
esposa del Sol, razón por la que el Templo de la Luna se ubicaba al lado
oriental del Templo Solar; tenía planta rectangular y con arquitectura de la
mejor, desafortunadamente fue casi totalmente destruida para dar paso a la
construcción de la iglesia católica, aún se observa una de sus puertas y el
muro del extremo oriental con sus clásicos nichos trapezoidales y la huella de
la banda horizontal en medio de ellas que según se cree es la zona de apoyo de
las planchas de plata que cubrían totalmente sus paredes. En medio del templo
se encontraba una representación de la Luna hecha en plata y a ambos lados de
ésta los cuerpos embalsamados de las reinas difuntas o Qoyas, por orden
de antigüedad.
Al
costado oriental del Templo de la Luna, dividido por un estrecho pasaje con una
impresionante puerta de doble jamba que en una de ellas posee una piedra con 14
ángulos en sus caras exteriores, se encuentra el
Templo
de Ch'aska
y las Estrellas (Ch'aska = Estrella Venus). Es indudable que en el
Inkario las estrellas fueron deidades muy especiales consideradas "criadas
de la Luna" que jugaban un papel preponderante en la observación astral y
predicción del futuro en relación al clima, agricultura, prosperidad,
bienestar, etc., tal como ocurre en la actualidad cuando los campesinos de los
Andes observan el brillo estelar de constelaciones diversas para así poder
predecir su futuro; por ejemplo, casi siempre cuando algunas estrellas tienen
mucho brillo significa que en la próxima temporada agrícola habrán sequías.
Tres de los muros del Templo se encuentran casi completos, el cuarto muro que da
hacia el occidente ha sido reconstruido con las características originales ya
que había sido derribado en la colonia. (En la actualidad en lo posible se
trata de hacer sólo restauraciones con el material o piedras originales
centrándose más en trabajos de solidificación y protección del monumento.
Por su parte una reconstrucción se ejecuta con técnicas y material
nuevos o modernos con las formas o diseños originales resultando una construcción
nueva con sabor antiguo, es en cierto modo un engaño). El Templo de Venus tiene
un tamaño considerable; está circundado por 25 nichos trapezoidales que como
en todos los casos debieron servir para acomodar en ellos algunos ídolos,
ofrendas y elementos relacionados al culto de las estrellas. También aquí en
medio de los nichos es visible la franja horizontal que es el recuerdo de los
"tablones" de plata que recubrían este Templo; además, todo el techo
interior del recinto ostentaba representaciones de estrellas de tamaños
diversos a "semejanza del cielo estrellado". Tenía dos puertas de
ingreso bastante altas y en la pared en medio de ellas se encuentran dos nichos
trapezoidales muy especiales que tienen labraduras de bandas y hoyos alrededor,
a los que Garcilaso llama "tabernáculos",
uno de ellos da hacia el interior y el otro hacia fuera pero ocupan la misma
altura en ambas caras de la pared, originalmente estaban enchapados con planchas
y tablones de oro, y "...En las esquinas de las molduras había
muchos engastes de piedras finas esmeraldas y turquesas..." (sic).
En una porción de la pared de piedra, hoy se aprecia un estuco blanco de yeso con
pinturas
murales que
son un recuerdo de la ocupación colonial de este magnífico Templo cuyas
paredes fueron utilizadas como cimientos para la construcción colonial de adobe
que aún se observa sobre el muro del fondo.
Frente
al Templo de las Estrellas, al otro lado del actual patio central se encuentra
el Templo
del Dios Illapa
o Chuki Illapa que era considerado "criado del Sol". Illapa es
una deidad que se compone de tres elementos interdependientes: el rayo,
el relámpago y el trueno; de acuerdo a la tradición se
consideraba que Illapa era el Dios de las Aguas cuyo adoratorio estaba
guarnecido en oro. Tiene 3 puertas trapezoidales de jamba simple y su actual
pared lateral noroccidental ha sido parcialmente reconstruida siguiendo sus
características originales. Este recinto es más pequeño que los templos
anteriormente descritos, con paredes que poseen los clásicos nichos
trapezoidales y dos ventanas en sus muros laterales; llaman la atención las
molduras esculpidas en la parte superior de la pared frontal cuya función
original es desconocida.
Al
occidente del Templo de Illapa se encuentra otro cuyas dimensiones y características
originales fueron idénticas al anterior pero que fue parcialmente mutilado en
su porción noroeste para poder construir parte del convento dominicano; éste
era el Templo de K'uychi o Arco Iris que fue otra divinidad importante en
el Inkario porque se consideraba que procedía del Sol y por eso los reyes Inkas
lo adoptaron como divisa y blasón porque se jactaban descender del Sol; se
asegura que en el Tawantinsuyo se utilizaba una Unancha, es decir una
divisa o bandera que tenía los 7 colores del Arco Iris, bandera que ha sido
reivindicada y es hoy utilizada como el pendón de la ciudad del Qosqo. El
Templo estaba totalmente adornado con oro y en uno de sus muros existía un Arco
Iris pintado sobre las planchas de oro que cubrían la pared de canto a canto.
En los Andes peruanos cuando los niños campesinos ven un Arco Iris en el cielo
inmediatamente se cubren la boca con las manos o simplemente le dan la espalda
porque se cree que este multicolor fenómeno al descubrir los dientes los gasta
y pudre; creencia que tiene vigencia desde épocas inmemoriales. En la pared
lateral oriental existe una ventana trapezoidal que coincide exactamente en tamaño,
forma, altura y nivel con las otras dos del Templo de Illapa, creando una perspectiva
perfecta; las
tres ventanas están niveladas, para ello se utilizaron niveles en base a agua
depositada en un recipiente cerámico con dos hoyos a manera de visores en
extremos opuestos que constituían un rudimentario pero útil nivel o teodolito.
Entre
los Templos de K'uychi
e Illapa existe un espacio abierto en cuya pared posterior se observan tres
canales finamente
labrados a los que la tradición e imaginación popular denominan "canales
fónicos" y que al ser golpeados emiten "notas musicales
diferentes"; lo cierto es que esos canales que están al nivel del piso
original sirvieron para desaguar las aguas pluviales concentradas en el patio
central del complejo, canales similares son encontrados en todos los complejos o
construcciones que no tenían techos. Dentro del complejo debieron además
existir un aposento para el Sumo Sacerdote o "Willaq Uma" y los demás
de menor jerarquía, y espacios para albergar a los ídolos diversos de las
naciones o pueblos sometidos o incorporados que eran traídos y concentrados en
el Qorikancha, permitiendo así el culto de los vencidos, de tal modo que si habían
intentos de rebelión en las naciones conquistadas las represalias en el Qosqo
eran contra sus dioses, produciéndose así la intimidación religiosa que le
dio muchos frutos al Inkario.
En
el sector sur de todo el complejo existían andenes que abarcaban aún hasta el
borde del canalizado río Saphi (hoy el río discurre en un canal subterráneo
debajo de la Avda. el Sol); terrazas o andenes que formaban parte del Jardín
Solar del Qorikancha que probablemente sea lo más extraordinario y rico que
se encontraba en el templo. Este era un jardín muy especial porque contenía
elementos de la flora y fauna regional y aún personas representados en tamaño
natural pero en oro y plata, los cronistas indican que fueron muchos los
animales desde insectos hasta mamíferos; muchas fueron las plantas, desde
flores pequeñas hasta árboles nativos; muchos los niños, hombres y mujeres, y
numerosos otros objetos en metales preciosos que fueron fabricados por los
orfebres Quechuas y ocupaban este jardín excepcional. Hasta hace algún tiempo
se aducía que los cronistas habían escrito muchas mentiras y fantasías sobre
esto, sin embargo las excavaciones arqueológicas en el lugar han ido
demostrando paulatinamente la certeza de que todo aquello, al haberse encontrado
algunas piezas vegetales y animales hechos en oro. Sólo queda imaginarse la
magnificencia, calidad y cantidad de objetos que este jardín debió poseer y
que dejó pasmados a los conquistadores que lo vieron, objetos que fueron
recolectados formando parte del botín de la conquista y después fundidos para
transformarlos en monedas o lingotes para facilitar su transporte hacia España;
esa es una de las razones porqué en los museos del Perú no se exhiben muchos
objetos en metales preciosos de factura inkásica.
Es
indudable que el Qorikancha fue el más rico, elaborado y deslumbrante templo
del Inkario; aquí se concentraba el oro y plata de todo su territorio, los
metales llegaban en forma de ofrendas para la Ciudad Sagrada y el Templo. En el
Inkario los metales preciosos no poseían un valor económico pero sí
religioso; existían otros elementos aún más valiosos que el oro, por ejemplo
las conchas marinas de colores o "mullu" (Spondylus sp.) que provenían
de las costas ecuatorianas que eran muy valiosas porque representaban la
"Qochamama" o "Madre Mar". El oro del Inkario se extraía de
vetas o minas diversas y otra importante porción era "lavada" en los
ríos amazónicos donde el oro se halla en forma de polvo o pepitas mezcladas
con la arena, el polvo era concentrado o reunido con mercurio y luego quemado a
altas temperaturas para desprender el mercurio del oro; la utilización del
mercurio entre los Quechuas fue bastante controlada debido a su nocividad. La
plata es aún abundante en los países andinos que tienen una importante
producción de ese metal.
Además,
en este extenso complejo existían 5 Fuentes de Agua límpida
transportada mediante canales subterráneos cuyos manantes o puntos de captación
se mantenían en completo secreto; fuentes de agua que tenían un carácter
ceremonial al considerarse que el agua fue otra deidad en la religión andina;
también estaban adornadas con metales preciosos y tenían los caños de oro,
algunos pilares de piedra y tinajones de oro y plata. Por falta de mantenimiento
y la sistemática destrucción el agua se fue secando; Garcilaso indica que
alcanzó a ver sólo una de ellas, la última que todavía los dominicos
utilizaban para regar su huerto. A partir de 1975 mientras se hacía la
reconstrucción del convento e iglesia coloniales se hacían también
excavaciones en la zona de los jardines, que finalmente hicieron posible
encontrar una
de las 5 fuentes originales
más abajo del pie del "tambor solar", el agua todavía discurre por
sus canales y está primorosamente labrada; es posible que en el futuro se
encuentren restos de las otras descritas por Garcilaso. Hasta 1990 la mayor
porción del territorio del Jardín Solar estaba cubierto por construcciones
diversas; la Municipalidad del Qosqo adquirió los terrenos y construcciones del
sector y se llevaron a cabo trabajos de excavación arqueológica con la
finalidad de desenterrar nuestro pasado y sacar a luz lo muy poco que quedó de
la grandeza del complejo, que al decir de Cieza de León, "...En fin,
era uno de los ricos templos que hubo en el mundo."
Hoy,
en medio del patio central del claustro conventual se exhibe una fuente labrada
de forma octogonal en una sola pieza pétrea de andesita que de acuerdo a
algunos historiadores tiene factura Inka; sin embargo, la forma y características
de la citada fuente no son clásicas en la lítica Inkásica; por lo que, si fue
labrada en el Inkario debió poseer otra forma que fue transformada en la
colonia. De igual modo hoy se aprecian alrededor de claustro muchos lienzos que
representan la vida de
Santo
Domingo de Guzmán.
Al
producirse el reparto de casas y palacios durante la invasión española, el
Qorikancha correspondió a Juan Pizarro quien lo donó a la Orden de Dominicos
representados por el primer Obispo de la Ciudad fray Vicente Valverde, quienes
inmediatamente procedieron a la construcción de su iglesia
y convento sobre el más importante Templo Inkásico demoliendolo en gran
parte para adaptarlo a su nuevo uso. Aquella primigenia iglesia fue devastada
por el terremoto del 31 de marzo de 1650 para posteriormente iniciar
paulatinamente con la actual estructura erigiendose la torre en 1780 con un
barroco profuso, bajo la dirección de Fray Francisco Muñoz. El 21 de mayo de
1950 se produjo otro violento terremoto que destruyó gran parte del convento y
la iglesia al igual que su torre dejando al descubierto muchas estructuras inkásicas
y el interior del "tambor solar"; en aquella época un fuerte
"movimiento indigenista" sugirió la reubicación de la iglesia y la
reivindicación del Templo del Sol; lástima que el poder político de la
iglesia impidió aquel intento por despejar las ruinas del mayor adoratorio del
Tawantinsuyo.
Iglesia
de ciguenza
Este templo fue mandado
construir por el primer Conde de la Casa Tagle de Trasmiera, D. Juan Antonio de
Tagle Bracho, encargándoselo a su hermano, que ejercía de párroco en el
cercano pueblo de Toñanes. En una de las cartas le comunica su deseo de
edificar una iglesia para su pueblo similar a la iglesia de las Capuchinas de
Lima (Perú), ciudad donde residía.
También existen iglesias de este tipo en la comarca del altiplano peruano de
Cahrcas. Bien es cierto que envió el plano y el dinero para la obra y en 1748
los muros ya levantaban 5 pies y creemos que para 1751 ya estaba casi concluida.
Es una excelente construcción de sillería, que por su unidad y equilibrio
constituye uno de los monumentos más relevantes de la arquitectura barroca y el
más representativo del arte colonial en nuestra región.
Lo más característico es el gran desarrollo de la fachada occidental, con dos
torres macizas, coronadas con pirámides de piedra y balaustrada, como
enmarcamiento de la portada principal .
Se observa una exquisita labra en los elementos decorativos (arcos, frontones,
columnas) y se cobija bajo un arco de medio punto, que puede considerarse como
reminiscencias de los atrios de las iglesias coloniales de la zona del altiplano
peruano. Su diseño presenta en planta la forma de cruz latina, co ábside
rectangular, flanqueado por dos volúmenes colaterales que hacen funciones de
sacristía. El crucero, está formado por dos capillas laterales y un tramo
central cubierto con cúpula y la nave en dos tra mos, de los cuales el último
contiene el coro alto, que a su vez se encuentra incrustado entre las dos
macizas torres de la fachada occidental.
Cada una de las torres se compone de cuatro cuerpos escalonados. Los tres
inferiores son casi macizos, con algún vano para iluminar la escalera de acceso
al campanario, mientras que el superior posee cuatro vanos en arco de medio
punto, en los que van ubicadas las campanas. Se rematan ambas con un chapitel,
en forma de pirámide octogonal de piedra, rodeado de una balaustrada adornada
con pequeños pináculos.
Las puertas de ingreso son gemelas. Aunque la principal sería la de la fachada
oeste, la que actualmente se utiliza es la que se abre en la fachada sur, en el
tramo de la nave.
Ambas se componen de un amplio ar Äco de medio punto, enmarcado por dos
pilastras rehundidas o columnas estriadas, sobre las que descansa el
entablamento, que se remata en un frontón triangular partido sobre una
hornacina central, a cuyos lados se han abierto sendos óculos para iluminar la
nave central. Es conveniente destacar la espléndida talla de la piedra en las
molduras que decoran las dovelas y las jambas de las puertas y los
entablamentos.
INTERIOR
El interior es bello y
armonioso, determinado longitudinalmente por la nave y el presbiterio y
transversalmente por el amplio crucero que da lugar a sendas capillas.
El solado es de losas de piedra bien labrada y conservada, mientras que la
cubierta - de todos los tramos, salvo el central del crucero -, está constituid
por bóvedas de terceletes y combados de gran complejidad. Sobre el crucero se
eleva una cúpula vaída, de hiladas concéntricas, sobre pechinas, sie Åndo
quizás la más característica de las existentes en nuestra región.
Esta construcción es también reflejo del buen momento arquitectónico que se
produce en Cantabria durante la primera mitad del siglo XVIII. Por otra parte,
este auge artístico se ve aquí subrayado por la gran aportación económica
que tuvo que afrontar el citado promotor de la iglesia, don Juan Antonio de
Tagle y Bracho, aunque es posible que, una vez muerto, en 1750, se agotasen los
recursos exonómicos que provenían de América y no pudiera darse por concluida
totalmente la obra. Consecuencia de ello fue sin duda que no pudieran ser
dorados los retablos.
LOS RETABLOS
Los tres retablos
correspondientes a la capilla mayor y a las laterales reflejan las mismas
características estéticas, propias de mediados del siglos XVIII, mientras que
los dos pequeños que se hallan en hornacinas, en los muros de la nave, son ya
post "eriores, de la segunda mitad del mismo siglo.
El retablo mayor tiene carácter monumental y sigue en su estructura, el modelo
de retablo barroco de finales del siglo XVII, pero introduce la variante de
situar dobles columnas enmarcando la calle central. Se observan así mismo
abundantes medallones con bustos y rocalles. Las columnas son estriadas y también
se decoran con rocallas en el fuste, como es habitual en los retablos del
barroco decorativo de mediados del siglo XVIII, a cuya época pertenece éste,
que se montaría al terminar las obras de la iglesia.
Al igual que los laterales, carece de policromía, mostrándose la madera de
nogal de la estructura en su color original. Solamente las hornacinas llevan
algunas rocallas doradas.
Los retablos laterales muestran ya columnas salomónicas y estípites, incluso
en el cuerpo del retablo, lo cual nos mueve a pensar también en una pronta
influencia hispanoamericana, ya que en Cantabria es más común que los estípites
se sitúen en un principio enmarcando la horna Åcina del ático.
Los retablos de la nave son más populares y siguen modelos tradicionales de la
región. Ante la imposibilidad económica de dorarlos, fueron pintados por un
artesano mediocre ya en el siglo XIX.
La
primera impresión, si uno mira por la ventanilla, es que Arequipa no interrumpe
sino transfigura el rostro severo del agreste territorio que la rodea en una
ecuación volumétrica, extrañamente magnética. Un momento después, al
detenernos en lo alto de la escalerilla del avión, el resplandor poderoso sobre
las pálidas edificaciones nos obliga a utilizar como visera el último número
de la revista de a bordo. Y cuando hacemos algunas consultas en el interior del
pequeño pero impecable aeropuerto, adivinamos que hemos llegado a una ciudad
que se esfuerza por marcar la diferencia.
-Señoras
y señores, bienvenidos a la República Independiente de Arequipa -dice alguien.
Esta es una broma que los arequipeños no se cansan de festejar.
La
ciudad, con sus blancos muros de piedra volcánica, ciertamente confirma una vez
más la muchas veces desconcertante variedad de rostros que presenta el Perú.
Cuando uno camina por sus calles siente que ha llegado a una ciudad sólida, que
sólo quiere parecerse a sí misma. Hay un sosegado encanto en esas casonas del
siglo XVIII, una atmósfera rigurosa en las soleadas callejuelas del barrio de
Yanahuara, un altanero concepto de la belleza en la gran catedral, que trastorna
un tanto esa imagen fácil de un Perú simplemente incaico y populoso.
Arequipa,
la segunda ciudad del Perú, tiene muchos atractivos para el turista,
especialmente en su muy lograda arquitectura. Su peculiar fisonomía, iniciadora
del celebrado Barroco andino, es producto del espíritu obstinado de sus
pobladores que desde su fundación en 1540 vieron, con insoportable regularidad,
desplomarse una y otra vez sus muros más altos y orgullosos. Quizá por eso el
símbolo de los arequipeños es el Misti, un volcán de fina silueta con la
cumbre espolvoreada con algo de nieve.
Luego
de cada terremoto los pobladores apretaban los dientes e iniciaban la
reconstrucción. Sin duda a este reiterativo ejercicio arquitectónico se debe
la noble consistencia de templos y casonas que se levantan prudentemente sobre
anchísimos muros. Y así el ambarino sillar entabla un fuerte contrapunto con
un cielo profundo y azul, y con la alegre tonalidad del verde de su campiña. El
sillar, ese material poroso que en otros tiempos fue magma ardiente, se impone
sobre todo el paisaje y Arequipa ostenta una tajante limpieza de líneas, una
gracia y contundencia de planos y volúmenes, mucho menos fríos y gravitantes
que los de piedra, y mucho más definitivos y concluyentes que los de ladrillo o
adobe.
ALTAR
MAYOR
Mientras
uno se registra en el hotel el encargado suele balancear una sonrisa satisfecha
(que sin embargo compadece a aquellos condenados a admirar sólo temporalmente
su Arequipa) antes de indagar para cuándo hemos programado una visita al
convento de Santa Catalina. Luego nos informa que si disponemos de tiempo es un
auténtico pecado mortal no darse un salto por el ya célebre valle del Colca.
Nosotros bocetamos algo parecido a una curva de comprensión en los labios.
-Será
para otra oportunidad.
-¿A usted le gustan los camarones? -alega finalmente, invencible, el arequipeño,
mientras traspasamos el grueso portón del local.
Y
lo primero que hacemos entonces, como un acto ritual, es levantar un dedo y
trepar a un taxi.
Al
poner pie en el centro de la ciudad lo que inmediatamente llama la atención es
su monumental catedral, que ocupa íntegramente uno de los lados de la plaza.
Según José García Bryce, este es "el principal monumento religioso
que se erigió en el Perú del siglo XIX y una obra que por su envergadura, su
forma estructural y, hasta cierto punto, el estilo de su fachada constituye, a
pesar de su fecha de construcción, un nexo o lazo entre la arquitectura de la
Colonia y la de la República". Sus tres naves de techo abovedado
contienen piezas litúrgicas de valor, pero lo que enorgullece particularmente a
los arequipeños es el gran órgano belga que, según alegan, emite un sonido
hondo, intenso, que vuelve piadosos a los agnósticos. Atrae también un púlpito
de madera tallada en Francia en 1879, que ilustra como la palabra sagrada
aplasta al atormentado Luzbel. Desde el atrio de la catedral se contempla la
gran plaza, no exenta de belleza, que hasta el siglo pasado fue escenario de
arrebatos militares, procesiones, corridas de toros, además de algunos
emocionantes fusilamientos que el tiempo ha barnizado de leyenda. Atravesando el
portal de Flores, de estilo neorrenacentista que data de 1877, alcanzamos la
iglesia de la Compañía de Jesús, la más hermosa de la ciudad.
INDIOS
Y ESPAÑOLES
El
llamado barroco andino o estilo mestizo es el aporte de Arequipa a la
arquitectura Hispanoamericana. Héctor Velarde afirma: "En Cusco hay
superposiciones heroicas y silencios graves en sus monumentos; en Lima la
humildad del material hace de su arquitectura algo ficticio en su lujo y melancólico
en su fiesta; si vamos para Bolivia, Ecuador, México, encontramos riqueza
exuberante, aislamiento de arquitectura hispana o exaltaciones líricas de
piedra hasta lo trágico. La naturalidad absoluta, la arquitectura que nace del
acuerdo perfecto entre la forma que llega y el espíritu que la recibe, la tiene
Arequipa en sus monumentos donde la idea española se expresa con alegría y
lenguaje indígena". El historiador Alejandro Málaga agrega: "en
su aspecto decorativo la arquitectura arequipeña se aparta más que ninguna
otra región de América de las formas y estilos europeos conocidos, para
acercarse a las formas y estilos aborígenes". Lo que ocurrió es que
los maestros españoles dirigían las obras encargando el trabajo menudo a
asistentes indígenas de origen Collagua, célebres por su admirable sentido estético
adiestrado en piezas de textilería, que impusieron figuras acertadamente
estilizadas de la fauna y flora regionales.
La
obra cumbre del barroco andino o del llamado estilo mestizo, es la iglesia de la
Compañía cuyo cuerpo principal fue construido por primera vez en 1649
siguiendo los planos de la iglesia del Gesú, en Roma. Las exuberantes portadas
frontal y lateral del templo de los jesuitas resumen lo más logrado de las
formas decorativas de este estilo y, en particular, aportan la imagen de un
Santiago Matamoros -motivo pictórico español que representa al apóstol
Santiago luchando contra los moros, adaptado en el Virreynato-, y unas sirenas
que han sido calcadas en muchas iglesias del Sur del Perú. Si uno se desplaza
un poco y se sumerge en los remozados claustros contiguos, se puede experimentar
la extraña atmósfera que se genera al cercar el ambiente despojado de un gran
patio cuadrangular con una arquería profusamente labrada. Esta es una de las
características más llamativas de la arquitectura
arequipeña:
se interrumpe amplios y limpios planos blanquísimos con repentinos conjuntos en
saturado altorrelieve. Vacío y plenitud. Luz y sombra.
Los
atractivos de la iglesia de la Compañía no se limitan a lo arquitectónico. Es
muy festejada por los visitantes la sacristía, que esta regiamente coronada por
una cúpula pintada al fresco con motivos tropicales que nos remiten a las
misiones jesuitas en Paraguay. La obras de arte colgadas en sus muros son también
de lo mejor que se puede ver en la ciudad. En 1596 llegó a Arequipa Bernardo
Bitti, un pintor manierista italiano formado en el entorno de Miguel Ángel, y
se aplicó con cristiana disciplina a la realización de varias obras de las que
quedan cuatro piezas de notable factura. Existen también algunos trabajos del
flamenco Diego de la Puente. Es especialmente llamativa su versión de la última
cena, donde Jesucristo se apresta a servirse un sabroso muslito de "cuy
chacctado", plato típico a base del nutritivo roedor andino.
CAMARONES
Y ROCOTOS
Si
bien en los últimos años la culinaria peruana ha sido reconocida como la mejor
de Hispanoamérica junto con la mexicana, entre los estudiosos peruanos se
difunde la certeza de que es en Arequipa donde la mesa castiza ha integrado los
productos indígenas con mayor riqueza y variedad. La comida arequipeña, que
antes se servía casi exclusivamente en comedores tradicionales o picanterías,
ha logrado trascender el ámbito puramente doméstico, y se ofrece en la
actualidad en locales adecuadamente implementados para las exigencias del
turismo. El gran plato, que se escoge invariablemente a la hora de homenajear a
algún ilustre visitante, lleva el título de "chupe de camarones", y
consiste en el arte de obligar al rosado sabor del camarón de río a navegar
sobre un caldo espesado con leche, queso y huevo que alcanza su punto preciso
con el imprescindible, oscuro, aroma del huacatay, una hierba de la región.
Se
recomienda también con especial entusiasmo el "sudado de machas", que
consiste en revolver durante algunos segundos este marisco de color gris azulado
en un aderezo de tomate y cebollas sobre fuego ardiente, hasta que alcance una
tierna palidez. Se sirve con papas hervidas. Para los visitantes que se ufanen
de su buen diente, está también a su disposición un plato como el
"chaque de tripas", que si bien muy sabrosos, puede resultar un tanto
pesado para el paladar contemporáneo. Lo que si esun auténtico y noble desafío
es el "rocoto relleno", obra maestra de la culinaria arequipeña, que
fusiona con artístico empeño el aromático rocoto, cuyo picor ha sido
considerablemente atenuado, con un relleno de carne picada, pasas y otros
agregados, que deberán sumarse al regocijado paladar a una salsa hecha a base
de queso serrano y crema de leche.
CIUDADELA
DE OTRO TIEMPO
Al
salir de la picantería, que nos ha impresionado por el intenso color local de
sus instalaciones, probamos nuestro físico, adiestrado con una impecable
bicicleta estacionaria, y nos atrevemos a subir hasta la parte más alta del
mirador de Socabaya, el lugar que permite la más amplia vista panorámica de la
ciudad. Es una hermosa vieja y testaruda ciudad. A pesar de sus limitados
recursos, desde el siglo pasado se ha obstinado en jugar un papel protagónico
en la historia del Perú, y sus empresarios han utilizado la vieja alquimia de
sus abuelos -austeridad+trabajo+soberbia-, que les ha permitido ubicarse en un
nivel asombrosamente competitivo frente a los gigantes de Lima. En la actualidad
son especialmente influyentes grupos empresariales como Cervesur, Gloria, Carsa
y los llamados alpaqueros, que han logrado introducir con éxito esta fibra finísima
en el mercado mundial.
Luego
de echar un último vistazo al apacible paisaje, que los acuarelistas de la zona
han pintado con mirada complacida (y que suelen ser piezas muy apreciadas por
cierto tipo de turistas), nos dirigimos al famoso Convento de Santa Catalina. En
la portería se aproxima una muchacha de aspecto infatigable y nos ofrece un
pasaporte de la República Independiente de Arequipa.
-Tienen
que nacionalizarse.
Le
explicamos, absurdamente impertérritos, que somos arequipeños hace tiempo, y
ella, sin creernos, saca un fajo de billetes torpemente impresos con la imagen
de Mariano Melgar, el romántico poeta tutelar de la ciudad.
-Llévense
un Characato de oro -insiste-. Con ésto se compra el cielo azul.
Tienen
de todo en esta ciudad.
Y
cuando entramos por fin al Convento de Santa Catalina sentimos que realmente
estamos en otro lugar, en un mundo diferente, en otro tiempo.
Lo
que más impresiona del Convento son sus callejuelas que datan del siglo XVII,
bordeadas por algo parecido a pequeñas casas de varios ambientes donde se
alojaban las monjas más acaudaladas. Es que hay que recordar que, en aquellos
tiempos, sólo las familias más pudientes podían hacerse cargo de la cuantiosa
suma necesaria para la "dote" (mil pesos de plata ensayada y marcada
de a cuatrocientos maravedíes cada peso, así como cien pesos corrientes para
alimentos, además de muebles y sirvientes) que cada novicia debía entregar.
Estas callejas conducen a pequeñas placitas de piso desigual donde fácilmente
se puede uno dejar atrapar por alguna fantasía de anacoreta. El recinto ocupa
20.000 metros cuadrados y consta, además de las calles, de los claustros, un
hermoso templo, y una pinacoteca donde los que saben disfrutar con el buen arte
colonial pueden quedarse contemplando algunas interesantes obras de la Escuela
Cusqueña, y hasta un arcángel de tipoo Zurbarán, orgullo del monasterio.
Una
vez que se ha dejado el lugar, cuando ya empieza a caer la noche, mordemos un
trozo de queso y escuchamos algo de Coltrane en el Café del Búho, un lugar
sobre el sorprendente complejo cultural de la Universidad San Agustín, y, un
rato después, nos sumergimos en el Blues Bar, que inspirado en los frenéticos
lugares de rock & ron del Cusco nocturno, nos permite contemplar la marea
turbulenta de la joven guardia de arequipeños que, intentando dejar atrás los
temperamentos sanguíneos, característicos de los pueblos enamorados de sí
mismos, parecen preferir el toque mundano propio de una ciudad moderna como
cualquier otra.
LIMA
Ciudad:
Alameda Chabuca Granda, Plaza
Mayor.-
Establecida el 18 de enero de 1535. Destaca por su pileta de bronce y el Angel
de la Fama.
Plaza
San Martín.-
Inaugurada en 1921 en ocasión del centenario de nuestra independencia.
Principales Iglesias:
Catedral.- Un regalo del rey Carlos V y
cuya sacristía funciona en la actualidad como Museo de Arte Religioso.
Iglesia
de Jesús, María y José.-
De estilo barroco y retablos tallados en pan de oro.
Iglesia
y Convento de las Nazarenas.-
Conocida por la pintura del Señor de los Milagros y la devoción de sus fieles.
La
Merced.- Donde se venera a la Virgen de
las Mercedes, Patrona de Armas del Perú y la Cruz del Padre Urraca.
San
Agustín.- Reconocida por la talla de “La
Muerte” de Baltazar Gavilán.
San
Francisco.-
Complejo arquitectónico virreinal construido sobre catacumbas que sirvieron de
cementerio durante casi tres siglos.
San
Marcelo.- Del siglo XVI, con una fachada
de estilo barroco y rococó.
San
Pedro.- Conocida por la presencia de la
campana más antigua de la capital y por ser calificada como uno de los
complejos arquitectónicos barrocos más bellos del mundo.
Iglesia
de San Sebastián.-
Primera parroquia de Lima.
Iglesia
y Convento de Santo Domingo.-
Con urnas de plata que conservan las reliquias de Santa Rosa de Lima, San Martín
de Porres y San Juan Masías.
Iglesia
y Santuario de Santa Rosa.-
Lugar donde naciese la santa y conocido por el famoso pozo que allí se
resguarda.
Principales Casonas:
Palacio
de Gobierno.-
Conocido también como la Casa de Pizarro.
Palacio
de Torre Tagle.-
Actual sede del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Casa
del Oidor.-
Que fuese sede de la administración de justicia de los magistrados nombrados
por el rey de España.
Casa
Aliaga.- Habitada actualmente por los
descendientes del conquistador Jerónimo de Aliaga.
Casa
Oquendo o Palacio de Osambela.-
Sede del Centro Cultural Inca Garcilaso de la Vega.
Casa
de Pilatos.-
Sede del Tribunal de Justicia.
Casa
de las Trece Monedas.-
Residencia que conserva sus elementos arquitectónicos originales.
Casa
La Riva.- Sede de la Asociación Cultural
"Entre Nous”.
Casa
de Riva Agüero.-
Donde funciona el Instituto Riva Riva Agüero, el Centro de Estudios Humanísticos
de La Católica y el Museo de Tradiciones y Artes Populares.
Quinta
Heeren.-
Espléndida mansión construida por el alemán Oscar Heeren.
Alameda de los Descalzos.
Paseo
de Aguas.-
Mandado construir por el Virrey Amat para halagar a La Perrícholi.
Plaza de Acho. Quinta Presa. Huaca Huallamarca (San Isidro) - Centro ceremonial
preinca. Huaca Pucllana o Juliana (Miraflores) - Templo preinca.
Miraflores. Distrito que cuenta con galerías de arte, restaurantes, boutiques
y centros artesanales.
Trujillo